top of page
Search
Hortensia Contreras

El Castillo de Chapultepec III


Maximiliano decidió instalar una de sus residencias en la cima de Chapultepec, y para ello mandó acondicionar la edificación del antiguo Colegio Militar, obra que quedó a cargo del arquitecto mexicano Ramón Rodríguez Arangoiti junto con algunos colegas europeos, quienes tuvieron la misión de embellecer el Castillo como uno de los lujosos palacios de las capitales europeas. Se sembraron jardines en torno al Caballero Alto, circundadas por un extenso corredor techado y encristalado, desde donde podía disfrutarse de una inmejorable vista de la ciudad. La terraza de la planta baja que miraba al oriente se adaptó para albergar las habitaciones de servicio. A semejanza de su palacio en el Adriático, llamado Miramar, Maximiliano dio a éste el nombre de Miravalle. Se construyó una rampa con alumbrado para subir al Castillo desde el nuevo Paseo del Emperador (hoy de la Reforma), que se trazó para unir a Chapultepec con la Plaza del Caballito, en el centro de la ciudad.


Mientras se encargaron y se recibían de París, Viena e Italia toda clase de elementos decorativos y mobiliario para el palacio, la labor de gobierno del emperador se dificultaba. Sus propias convicciones se acercaban más al programa liberal que a las ambiciones de poder absoluto de los conservadores, por lo que Maximiliano respetó y hacía cumplir las leyes liberales aprobadas al principio de la década. Esto le ganó enemigos entre los conservadores que le habían ofrecido la Corona, mientras los liberales seguían considerándolo un usurpador.


En el Castillo, la alta sociedad imperial disfrutaba de paseos y batidas de caza en el bosque remozado y limpiado por órdenes del emperador, y asistía a bailes y cenas elegantes, durante las cuales era cada vez más patente la pérdida del apoyo que sostenía a Maximiliano en el poder. Finalmente, ante la solicitud de Estados Unidos de terminar con la intervención armada y debido a sus propias necesidades militares en Europa, Napoleón III retiró las tropas francesas que aún quedaban en el país, por lo que dejó desprotegido al emperador. Carlota Amalia volvió a Europa a buscar aliados y apoyo para sostener el imperio mexicano, pero antes de que lograra algo, Maximiliano se rindió al avance liberal de Benito Juárez y fue fusilado en Querétaro en 1867. Benito Juárez llegó a la Ciudad de México luego del fusilamiento de Maximiliano, y pasó en el Castillo la noche del 14 de julio. Después, los bienes europeos traídos durante el imperio se dispersaron con incierto destino. La aventura imperial había terminado.


Observatorio Nacional


Los gobiernos liberales deseaban dar impulso al desarrollo de las ciencias. En 1876, Vicente Riva Palacio, ministro de Fomento, decretó el establecimiento del Observatorio Astronómico, Meteorológico y Magnético en el Castillo. Sobre el Caballero Alto se colocó una cúpula de acero y madera para proteger los instrumentos modernos de observación astronómica y se adecuaron las instalaciones para albergar a científicos y meteorólogos, una biblioteca y una oficina telegráfica. La institución, cuyas labores adquirieron pronto el reconocimiento internacional, permaneció en Chapultepec hasta 1883. Un nuevo giro en la vida política del país generó también grandes cambios en la historia del Castillo. Cuando Juárez pretendió reelegirse, Porfirio Díaz -quien fue su opositor en las elecciones anteriores- inició un movimiento armado para impedirlo, pero la muerte de aquél hizo fracasar la revuelta.


El Porfiriato


En 1877, tras elecciones legales, Díaz fue nombrado presidente constitucional. Se inició así la etapa conocida como Porfiriato, pues una vez en el poder el propio Díaz manipuló las leyes para reelegirse en ocasiones sucesivas hasta 1910.

El también adoptó el Castillo de Chapultepec como residencia veraniega. En 1881, además, decidió reinstalar en esta sede el Colegio Militar, por lo que construyó una nueva ala equipada con lo necesario para la instrucción de los cadetes. Las habitaciones de Porfirio Díaz y su esposa, Carmelita Romero Rubio, fueron ubicadas en el extremo oriente de la construcción, bajo el Caballero Alto. La esposa del gobernante, miembro de la clase alta de la sociedad, se encargó de renovar el decorado de la mansión, recuperando quizá algunos de los bienes del imperio de Maximiliano y trayendo nuevo mobiliario y elementos de Europa imitando el estilo francés que tanto admiraba.

Fue así como adquirieron su apariencia el comedor y el salón de embajadores y se realizó la galería de emplomados, que se mandaron fabricar a París. Se construyó también la escalera de honor y el pasillo norte del jardín; como en el país entero, la modernidad arribó al Castillo con la instalación de dos elevadores, uno hidráulico para subir desde el pie del cerro, y otro eléctrico para el servicio interno. La línea telegráfica fue utilizada para realizar la primera llamada telefónica que se hizo en México.


(continuará)

13 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


bottom of page