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Hortensia Contreras

El concepto maya de la Conquista

Y continuando con el tema del mes, sigamos apoyándonos en algunos de los textos rescatados y reproducidos por don Miguel León Portilla en su texto titulado El Reverso de la Conquista. En este estudio toca la visión de las tres grandes naciones que dejaron testimonio de su vivencia. He aquí la maya…


…La imagen que se forjaron los diversos grupos mayas acerca de la Conquista presenta rasgos que la hace inconfundible. Antes que nada encontramos en ella, más aún que en el caso de los mexica, la preocupación milenaria por indicar la fecha precisa en que cada acontecimiento ocurrió. Así, por ejemplo, en la crónica de Chac Xulub Chen quedan consignadas las tres expediciones que tocaron las costas de Yucatán, o sea la de Hernández de Córdoba, la de Juan de Grijalva y la de Cortés. Acerca de la primera se lee en la crónica -“que en ese año se terminó de llevar el Katún, se terminó de poner en pie la piedra pública que por cada veinte tunes o años se ponía en pie, antes de que llegaran los señores extranjeros…”-- Y en el libro del Chilam Balam de Chumayel igualmente se repite que en la cara del Katún, en la piedra conmemorativa del ciclo de veinte años, en el 13 Ahau, estaba la representación de la venida de los cristianos. Otro tanto podría decirse de los testimonios en quiché y cakchiquel que consignan igualmente el año y el día en que aparecieron los hombres de Castilla.


En este caso la importancia que daban los mayas a medir la marcha del tiempo iba a ser doblemente trágica: por una parte la llegada de los extranjeros iba a significar su ruina; por otra, como lo dejó escrito Ah Nakuk Pech, su venida significó el fin de la antigua tradición de levantar piedras que conmemoraran los katunes, ya que, como se asienta en la crónica, --“desde que vinieron los hombres de Castilla no se volvió a hacer esto jamás…”—


En estrecha relación con el tema del tiempo encontramos en los textos de Chilam Balam una serie de profecías de los antiguos sacerdotes que predicen con angustia la llegada de los dzules o extranjeros. Como se lee en el libro de Chumayel, --“su aparición será la carga del Katún”—En el texto de Maní estas mismas profecías adquieren una insistencia más allá de lo creíble. Allí se dan los nombres de los varios sacerdotes que anunciaron la llegada del trozo de madera que colocado en lo alto habría de dar nuevo sentido a la vida de los mayas. Podrá discutirse si realmente estas profecías fueron pronunciadas antes de la llegada de los conquistadores. Pero aun cuando no fuera así, aun cuando pudiera constar que fueron redactadas en los años que siguieron a la dominación española, de cualquier manera son testimonio del empeño maya por llegar con su astrología, con sus “ruedas” o ciclos de katunes, con su ciencia del tiempo, a una interpretación coherente de esos hechos que habrían de transformar violentamente su modo de ver el mundo, sus formas de adorar y toda su antigua manera de vida. Como quedó escrito en las palabras que se atribuyen al sacerdote Ah Kauil Chel: --“Se cumplió lo escrito: en este katún , aunque no lo entiendas, vendrá quien conozca la sucesión de las épocas…”—


Es cierto que en las tierras altas de Guatemala, al igual que en el mundo azteca, se pensó en un principio que tal vez los extranjeros eran dioses. Los Anales de los Cakchiqueles son explícitos acerca de este punto. En ellos se lee:


Sus caras eran extrañas,

Los señores los tomaron por dioses,

Nosotros mismos, vuestro padre,

Fuimos a verlos

Cuando entraron a Yximchée.


Los mayas de Yucatán, en cambio, no pensaron que los extranjeros fueran dioses. Desde un principio los llamaron dzules, que quiere decir forasteros. Igualmente les dieron por nombre “comedores de anonas”, porque vieron que los hombres de astilla, a diferencia de los propios mayas, comían esos frutos.


Pero el rasgo más interesante de los testimonios mayas, a través de los que puede percibirse lo que llamamos su “visión filosófica de la Conquista”, está en los juicios que emitieron acerca de ella. Leemos en Chilam Balam de Chumayel:


Entonces todo era bueno

Y entonces (los dioses) fueron abatidos.

Había en ellos sabiduría.

No había entonces pecado…

No había entonces enfermedad,

No había dolor de huesos,

No había fiebre para ellos,

No había viruelas…

Rectamente erguido iba su cuerpo entonces.

No fue así lo que hicieron los dzules

Cuando llegaron aquí.

Ellos enseñaron el miedo,

Vinieron a marchitar las flores.

Para que su flor viviese,

Dañaron y sorbieron la flor de nosotros…

Y añade más abajo:

¡Castrar al sol!

Eso vinieron a hacer aquí los dzules.

Quedaron los hijos de sus hijos,

Aquí en medio del pueblo,

Esos reciben su amargura…


El juicio condenatorio de los sacerdotes y sabios mayas supervivientes se funda en razones. Al igual que sus hermanos del mundo azteca, son conscientes de que sus dioses han muerto. Saben que el cristianismo predica el amor y la paz. Pero ven con sus propios ojos que la manera de obrar de los cristianos contradice lo que les predican:


Esta es la cara de Katún,

La cara del Katún del 13 Ahau:

Se quebrará el rostro del sol,

Caerá rompiéndose sobre los dioses de ahora…

Nos cristianizaron,

Pero nos hacen pasar de unos a otros

Como animales.

Dios está ofendido de los chupadores…


En resumen puede decirse que en la visión maya de la conquista hay tres elementos fundamentales: es contemplada y predicha desde el punto de vista de la marcha inexorable del tiempo; por lo menos en Yucatán nadie piensa que los dzules sean dioses, y, finalmente, se toma conciencia de lo que han hecho y se les mide con el criterio de la doctrina que ellos predican. Quienes escribieron los libros de Chilam Balam habían aceptado ya, al menos en parte, el cristianismo. Prueba de ello son las numerosas interpolaciones con textos e ideas religiosas tomadas de la tracidión cristiana. Lo que mueve a los mayas a condenar a los extranjeros es la contradicción entre sus prédicas y su manera de actuar y comportarse con los naturales. Tal parece ser el meollo del concepto maya acerca de la Conquista.


De… El Reverso de la Conquista, ( León Portilla, Miguel)


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