A las 4.45 del 1 de septiembre de 1939, hace justo hoy ochenta años, un viejo acorazado alemán abrió fuego bombardeando la guarnición polaca de Westerplatte, cerca de Danzig. Este hecho fue el que realmente dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. Una hora más tarde del ataque naval, los soldados alemanes se cargaban con entusiasmo las barreras que marcaban la frontera oeste con Polonia y la vanguardia de la fuerza de invasión se precipitaba en el territorio polaco con una furia inusitada.
La Wehrmacht, el ejército más poderoso del mundo, inauguraba una nueva forma mecanizada de hacer la guerra y se lanzaba sobre una Polonia inferior militarmente y que confiaba en sus pactos defensivos con Francia y Gran Bretaña. Pero estas no acudieron a salvarla y en cambio la URSS se lanzó por su parte su propia invasión por el este el 17 del mismo mes redondeando así el desastre de los polacos. Polonia cayó en un mes, tras morir 70,000 de sus soldados y 200,000 civiles.
Para el pobre país empezaba un vía crucis aterrador y para el mundo un verdadero infierno. La invasión de Polonia es el detonador de toda aquella catástrofe. Difícilmente podríamos pensar en si esa invasión pudo haber sido evitada. Según algunos historiadores militares es muy difícil ver cómo podría haberse evitado la Segunda Gran Guerra. Los nacionalistas alemanes estaban furiosos por su derrota en 1918 y querían revertir el resultado. El colapso súbdito de los imperios que rigieron los destinos de la Europa del siglo XIX y la nuevas fronteras que se fueron produciendo, todo llevaba a la conclusión de que el conflicto europeo seguramente iba a producirse. Pero fue el ascenso de Hitler como dictador de Alemania lo que aseguró que la guerra que empezó el 1 de septiembre de 1939 se convertiría en la más cruel y genocida de la historia moderna. El hstoriador Antony Beever afirma: “Hitler estaba absolutamente determinado a tener una guerra e incluso habló en numerosas ocasiones de cuan frustrado se sintió al no tener que combatir por Checoslovaquia en septiembre de 1938. Así que el año siguiente,, ahora hace 80 años, nada podía evitarle invadir Polonia”.
Para que Hitler lanzara esa invasión y triunfara, tuvieron que darse una serie de circunstancias básicas a partir de las cuales se pueda -a fin de ayudar a entender la historia- confeccionar un plan para invadir Polonia. Y el pacto de Hitler con Stalin dio luz verde a la invasión alemana, además del comportamiento vergonzoso de Francia Y Gran Bretaña que dejaron a los polacos en la estacada a sabiendas que no tenían posibilidad alguna de resistencia.
Y así, con mentiras y engaños Hitler logró empezar su propia aventura de tener una guerrrita de la cual el saldría como el gran vencedor de aquella Europa que había humillado al orgullo alemán
(parte de este texto se basó en la editorial de Jacinto Antón, de Barcelona aparecida en El País el domingo 1 de septiembre 2019.
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