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Hortensia Contreras

El viernes de Dolores.

El Viernes de Dolores (inicio de las celebraciones de la Semana Santa o Semana Mayor).


El Viernes de Dolores o el Viernes de la Pasión se conmemora el viernes anterior al Domingo de Ramos, y en muchos lugares se le considera como el principio de la Semana Mayor al iniciarse en este día las procesiones.


Los cristianos (en especial los católicos) manifiestan su devoción religiosa recordando el Dolor de Nuestra Señora, adelantándose a los dolores que padecerá la madre de Jesús durante la semana en que iniciará su camino hacia el martirio y la muerte en la cruz. En muchos lugares de profunda devoción, a este día se le denomina Viernes de Concilio, y se toma como día de ayuno y abstinencia, quedando prohibido el consumo de carnes.

Esta antigua celebración fue muy popular en Europa y América durante mucho tiempo, aunque en el mundo moderno se han ido perdiendo estas antiguas tradiciones, no deja de haber quienes buscan rescatarlas del olvido.


Algunas de las manifestaciones de estos días son misas, peregrinaciones y procesiones dedicadas a la Virgen Dolorosa. Si bien, como decíamos anteriormente una de las tradiciones para celebrar estas fechas es la elaboración del Altar de Dolores, en realidad hasta hace apenas unos cuantos años sólo una docena de templos en el Centro Histórico de la ciudad de México, hoy cada vez son más las iglesias que buscan recuperar esta tradición.


Orígenes


Comenzada por los “padres servitas” (orden de los siervos de María) en el siglo XIII, la devoción a la Virgen de los Dolores -en particular en el Viernes de Dolores con la colocación del altar-, iniciaba con el “Paseo de las Flores” sobre los puentes Roldán y la Viga, centro del actual centro histórico de la ciudad de México. Durante el paseo la gente cortaba flores para llevarlas a los portones de sus casas y así adornar el altar de la Virgen. El altar ya estaba preparado con las aguas tradicionales que se repartían entre las personas que venían acaloradas del paseo. Se dice que los visitantes preguntaban: “¿Ha llorado la Virgen?” Los anfitriones decían que sí y mostraban las aguas que repartían para beber.


Fue la aristocracia mexicana la que conservó el tradicional Viernes de Dolores, pues en los portones que dan a las calles de San Angel colocaban los altares y los niños corrían de puerta en puerta, rezando rosarios para obtener un jarrito de agua fresca.


El Altar


Hay quienes aseguran que el Altar de Dolores no debe llevar el tabernáculo con la vid (una cajita adornada con uvas rojas en su interior), que deben ser manzanas en lugar de naranjas, que las banderitas son para alegrar a la Virgen, etc. Esta tradición al igual que algunas otras arraigadas en la tradición popular mexicana, tiene diferentes formas de realizarse y diferentes significados para sus elementos.

Elementos más comunes y su significado:


Imagen Central: La Virgen María en su advocación de Dolorosa, de la Piedad, de la Soledad o de las Angustias, puede ser una pintura o talla en bulto o de vestir.


Flores: Las flores son símbolo de vida y belleza, y acompañan a la Virgen. En el altar de Dolores deben ir marchitas y si es posible de color morado, símbolo de la tristeza y el luto.


Aguas: Deben ser de diferentes colores, en especial blanco, verde, anaranjado y rojo (horchata, chía, limón, melón, naranja, sandía o Jamaica) y representan la pureza de la Virgen, la esperanza de María en la Resurrección de su hijo y la sangre derramada por Jesús para la redención de los hombres. Las aguas se ofrecen a quienes visitan a la Virgen y rezan un rosario a su lado. Simbolizan que a través de su intercesión los visitantes recibirán el agua de la vida eterna. Otros consideran estas aguas como “la lágrimas de la Virgen”.


Semillas germinadas: Al inicio de la Cuaresma se siembran en macetas semillas de trigo, chía y cebada, deben de germinar para el viernes. Los cereales en crecimiento simbolizan la nueva vida que Jesús ha entregado al mundo con su muerte y el trigo en particular simboliza la hostia en donde él se hace presente.


Vid: Algunos altares también incluyen la presencia de las uvas, pues de ellas habrá de surgir el vino que en la Misa se convertir en la sangre de Cristo que alimenta y redime a los creyentes.


Naranjas y banderas doradas: Sobre las naranjas agrias se insertan pequeñas banderitas que ancestralmente fueron de oro volador, pero ahora pueden ser de papel brillante. Este elemento significa que sobre el agrio y amargo sentimiento por la muerte de Cristo hay estandartes de gloria que anuncian su Resurrección.


Monograma de la Virgen: Se realiza con pétalos de rosa marchita.


Corazón atravesado de los dolores de María: Un corazón hecho de cualquier material con las siete espadas que simbolizan los dolores sufridos por la Virgen: la profecía de Simeón, la huída a Egipto, la pérdida de Jesús en el Templo, Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz, Jesús muere en la cruz, Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de María, y Jesús es sepultado.


Elementos de la Pasión: los clavos, el martillo, la corona de espinas, el gallo, la esponja, el pilar, el INRI, los dados, la lanza y la cruz sin Jesús también se colocan a los pies del altar.


Con todos estos elementos manos piadosas elaboran los altares de Dolores tanto en templos como en casas particulares para no olvidar la Pasión de Jesús y el gran Dolor que esto provocó en su Madre, así de manera iconográfica el devoto rememora y acompaña a María en el camino de su hijo hacia el martirio y la muerte.


No dejemos de recordar estas tradiciones que tanto ayudan a que nuestra Historia y Arte y Cultura no caigan en el olvido.



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