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Hortensia Contreras

George Gordon, Lord Byron (1788-1824)

…Este mes quisiera dedicarlo a la poesía lírica del Romanticismo europeo, y para ello iniciemos con


Ningún poeta fascinó más a sus contemporáneos que Lord Byron. Todo en él conspiraba a atraer la atención -su genio, su riqueza, su varonil belleza, su fama y caída, el escándalo, su heroica muerte, y aun algo incalculable, retador y desafiante que estaba presente siempre en su carácter y su estilo de vida. Sus contemporáneos dejaron muy diversos retratos y descripciones del personaje: “Loco, malo y peligroso inspira pavor al conocerlo “, escribió Lady Caroline Lamb en su diario después de conocerlo. Pero también podemos decir que la sensibilidad de su época esperaba con ansia la aparición de una figura como Byron.


Lord Byron es conocido como el autor de algunos los poemas líricos más hermosos escritos en inglés y como una figura romántica, casi legendaria por derecho propio. Su espíritu romántico se revela en los cantos del Childe Harold’s Pilgrimage, y sus Hebrew Melodies y la colección de Hours of Idleness son una muestra perfecta de las enormes dotes líricas del poeta. Otros trabajos como Beppo y Vision of Judgement, y tal vez su obra maestra. El Don Juan, además de algunos versos sueltos dedicados a amigos, nos muestran a un poeta perfectamente cómodo en la ironía de la alta comedia así como en la sátira mordaz y aguda, un poeta capaz de enfrentar al mundo y la naturaleza humana sin arredrarse y con una mirada cargada de realismo.


George Gordon llevó una vida tan romántica como la de sus héroes en la poesía. Nació en Londres en 1788, y estudió en la universidad de Cambridge. Trabajó un tiempo en la Cámara de los Lords donde adquirió una reputación de liberal que sobrepasaba a la de muchos de sus colegas. Después de un viaje por países mediterráneos, Byron volvió a Inglaterra y empezó y empezó a trabajar en Childe Harold´s Pilgrimage , poema que le ganó fama instantánea cuando se publicaron los primeros dos cantos en 1812. Las mujeres lo adoraban, eran su mejor público y no dejaban de perseguirlo convirtiéndolo en casi la más celebrada, aunque también demonizada figura literaria de su tiempo.

Después de su matrimonio fracasado, Byron dejó Inglaterra y marchó a vivir a Italia, donde escribió la mayor parte de su obra. Estando en Venecia, y cediendo a su carácter aventurero se involucró en la lucha de independencia de Grecia contra el dominio turco. Y en esta aventura encontró la muerte atacado por las fiebres en los pantanos cercanos a Missolonghi, Grecia.


Y aunque ya era famoso en toda Europa, esta última escena de la vida de Byron le ganó mayor fama y reconocimiento. La revolución griega contra el poder turco estalló en la península. En Inglaterra se formó un comité para apoyar a los revolucionarios. Byron decidió apoyar el movimiento y se embarcó hacia Grecia llevando dinero y medicamentos. Se estableció en el pueblo de Missolonghi, infestado por fiebres provocadas por los pantanos que rodeaban la población. Allí intentó conformar una brigada de artillería. Y con valentía perseveró contra la deshonestidad, la incompetencia, y los motines, pero poco se logró. Y el 9 de abril de 1824 cayó víctima de las fiebres. Hacia el 28 ya deliraba. Recuperando la conciencia por un momento, se percató de sus amigos que lo acompañaban, llorando Y apenas sonriendo, dijo: “O questa e una bella scena,” (Oh, qué bella escena).


Cuando la noticia llegó a Inglaterra, un chiquillo de quince años, Alfred Tennyson, salió al bosque cercano a su casa y escribió sobre una piedra, “Byron ha muerto”. Y ese día, contaría más tarde, “todo el mundo me pareció que se sumergía en tinieblas”.

.Ahora dejaré unos pequeños ejemplos de la sensibilidad de algunos versos del poeta, sin proponer ninguna tradición al castellano por respeto a los originales.


SO, WE’LL GO NO MORE A-ROVING

So, we’ll go no more a-roving

So late into the night,

Though the heart be still as loving,

And the moon be still as bright.

Fort he sword outwears its sheath,

And the soul outwears the breast,

And the heart must pause to breathe,

And love itself have rest.

Though the night was made for loving,

And the day returns too son,

Yet we’ll go no more a-roving

By the light of the moon.

Childe Harold’s Pilgrimage

Canto CXIII

I have not loved the World, nor the World me,--

I have not flattered its Rank breath, nor bowed

To its idolatries a patient knee,

Nor coined my cheek to smiles, --nor cried aloud

In worship of an echo : in the crowd

They could not deem me one of such -I stood

Among them, but not of them --in a shroud

Of thoughts which were not their thoughts, and still could,

Had I not filed my mind, which thus itself subdued.

Canto CXIV

I have not loved the World, nor the World me,--

But let us part fair foes; I do believe,

Though I have found them not, that there may be

Words which are things, -- Hopes which will not decieve,

And virtues which are merciful, nor weave

Snares for the failing: I would also deem

O’er others grief that some sincerely grieve—

That two, or one, are almost what they seem,--

That Goodnes is no name --and Happiness no dream

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