El soldado, poeta y aventurero Guillén de Lámport (1615-1659) cuya vida excepcional permanece en las sombras. Lámport fue un rebelde que no solamente luchó por liberar a su tierra del yugo inglés, sino que también, del otro lado del mundo, luchó por la independencia de la Nueva España. La historiadora Andrea Martínez Baracs busca reivindicar su figura en un ensayo titulado "Un rebelde irlandés en la Nueva España".
Allí nos cuenta la investigadora: "Los ingleses protestantes invadieron Irlanda en su época, les prohibieron a los habitantes, su religión, los despojaron de sus tierras, sobre todo en el condado del que proviene él, que es Wexford, al sur de Irlanda. Allí el dominio fue más fuerte.
Entonces él encontró lo mismo en México con la dominación española y se hizo justiciero". El ensayo en cuestión busca perfilar la biografía del también teólogo, astrólogo, gramático, matemático y maestro de retórica quemado en una pira por orden del Tribunal del Santo Oficio en 1659. Para mantenerlo preso y anularlo, la Inquisición le atribuyó herejías variadas, incluyendo el uso adivinatorio del peyote, magia negra y astrología judiciaria y hacía predicciones, lo que chocaba con el libre albedrío defendido por la Iglesia.
Hecho preso de 1642 a 1659, el irlandés escribió en su celda, oculto de sus carceleros, sin papel, tinta ni pluma, sin libros, 918 salmos en latín escritos entre 1652 a 1655. Para ello utilizó lienzos blancos que se procuró, plumas de gallina que encontraba en los basureros y elaboró la tinta con cenizas, cera, chocolate y otros materiales de ocasión. Sus carceleros le quitaron los lienzos, pero el tribunal mandó copiar su contenido, por lo cual su obra completa se conserva hasta hoy día.
Es increíble que un personaje tan extraordinario siga en las sombras. De Lámport dejó en México múltiples escritos políticos, literarios y personales .
A pesar de lo llamativo del personaje y de sus indudables méritos literarios, sus textos han permanecido hasta ahora, sin ver la luz. Así que agradezcamos la labor de Martínez Baracs y coloquemos al irlandés en el lugar que merece en la historia de nuestro país.
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