(tomado del artículo de Raquel Huerta Nava)
Desde el inicio de las conspiraciones que tuvieron lugar para llevar a los movimientos de levantamientos que culminaron en la Independencia de México, cuyo aniversario celebramos en el mes de septiembre de todos los años, las mujeres tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de los acontecimientos políticos. Y como siempre ha sucedido en la historia, el papel de las mujeres fue de suma importancia, aunque en la historia escrita queda relegado a un puesto de carácter totalmente secundario. Resguardadas en gran medida por su papel de mujeres virtuosas en la sociedad, en no pocas ocasiones varias mujeres de todas las condiciones sociales arriesgaron su vida por la nación y la libertad; su amor y entrega las hizo tomar parte en cuerpo y alma por la causa y arriesgar en la lucha la propia vida y la de sus hijos.
Así la mujer participó en todos los aspectos de la vida de su tiempo, aunque hubo terrenos que le estaban vedados, como la universidad y los cargos públicos, así como el desempeño de varias profesiones y actividades públicas. El recurso de muchas de estas mujeres fueron las tertulias; a la manera de antaño en sus mansiones organizaban reuniones culturales, representaciones teatrales y musicales, y llegado el momento, conspiraciones políticas. Estas mujeres fueron, en muchas ocasiones, las promotoras e impulsoras del movimiento de independencia, y pusieron todo su ingenio y talento para que la organización fuera eficaz y secreta.
Un autor anónimo contemporáneo a la lucha insurgente dejó el siguiente testimonio:
“Las mujeres mexicanas, decía un testigo ocular de aquellos tiempos, casadas con españoles o criollos, eran secreta o abiertamente partidarias de la independencia. El temor al castigo no reprimía en modo alguno su decidido patriotismo: durante la revolución fueron siempre fieles a la causa de la independencia y en muchas ocasiones se distinguieron por su valor. Las canciones con que las madres entretenían a sus hijos, respiraban libertad y odio al despotismo español, amén de admiración a los caudillos que dirigían las acciones militares.”
La línea más definida de estas creaciones p; por ejemplo una que entonaban los soldados del ejército de Morelos…..
"Rema nanita, rema
Y rema y vamos remando. Que los gachupines vienen
Y nos vienen avanzando.
Por un cabo doy dos reales
Por un sargento un doblón,
Por mi general Morelos
Doy todo mi corazón."
Las mujeres insurgentes pues fueron muchas y de muy diversas condiciones. Aquí quisiera mencionar a las más renombradas para que las recordemos con cariño y admiración, puesto que todas ellas estuvieron dispuestas a morir por la patria y que con entrega y amor hicieron posible la independencia de nuestro país.
La más conocida de estas admirable mujeres fue esposa del corregidor de Querétaro, Josefa Ortiz de Domínguez, brillante, inteligente y decidida, en cuya casa se organizaban tertulias que encubrían los planes de levantamiento contra el gobierno virreinal.
Entre las más combativas que entregaron su vida por la patria hubo cientos de mártires o víctimas inocentes. Algunas fueron conspiradoras comprometidas con la causa hasta sus últimas consecuencias, ya fuera solas o al lado de los hombres de sus familias.
Mencionemos a algunas:
Entre las esposas insurgentes más fieles destaca Ana María García, la chihuahuense que sin tener credenciales de abogada, logró salvar la vida de su esposo condenado a muerte mediante la conmutación de su sentencia al exilio indefinido.
Otra grande fue la michoacana Gertrudis Bocanegra, una de las primeras mártires de la causa. Nacida en la ciudad lacustre de Pátzcuaro casó con el oficial Pedro Lasso de la Vega, y desde un principio el matrimonio se comprometió con la causa insurgente.
Finalmente después de la muerte de su esposo e hijo, Gertrudis fue llevada a lal plaza pública para ser ejecutada por traición. Le habían colocado una venda sobre los ojos, pero al sentir la muerte cerca, ella se la arrancó y dirigió sus últimas palabras: “!No duden, sigan luchando por la causa de la patria! ¡El día de la libertad llegará!
Otra michoacana fue Luisa Martínez, mujer sencilla y patriota convencida, ejecutada al lado de su hijo en la ciudad de Guanajuato.
Y podríamos seguir mencionando a tantas que ayudaron a la causa como Luisa Vega, mujer de gran vehemencia que intentó convencer a algunos soldados realistas de lo justo de la causa insurgente, pero fue capturada y ejecutada por traición.
Una de las mujeres más celebres de su época fue María Ignacia Rodríguez de Velasco, mejor conocida como la Güera Rodríguez, quien perteneció al grupo social de mayor alcurnia en la Nueva España. Algunos la consideran como la mujer más aristócrata que hubo en su tiempo. Gran conversadora, ingeniosa, aguda e inteligente, sabía sazonar la conversación y dominaba este arte a lal perfección.
Otra joven conspiradora de gran fama fue Leona Vicario. Apenas a los diecinueve años Leona era una insurgente comprometida con sus ideas. Leona fue el enlace directo entre conspiradores y sufrió cárcel y tortura antes que delatar a nadie.
Y así podríamos seguir con una larga lista de mujeres que contribuyeron con valor y coraje a la causa de la libertad. Por lo pronto quedémonos con estos cuantos nombre y rescatemoslas del olvido a las que la historia las ha relegado.
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