Atenea, la diosa de la sabiduría y las artes
Atenea, apodada Minerva por los romanos. Diosa de la civilización, escucha nuestro ruego y regresa a nosotros los mortales.
Atenea era una diosa guerrera, hermosa e impresionante, protectora de los héroes que elegía y de la ciudad que llevaba su nombre, Atenas. Era la única diosa olímpica a quien se representaba con armadura (con el visor del casco levantado para revelar su belleza, un escudo en el brazo y una lanza en la mano). Como correspondía a su papel de diosa que presidía la estrategia en la batalla y las artes domésticas en tiempos de paz, en ocasiones sostenía una lanza en una mano y un huso o un cuenco en la otra. La lechuza era su símbolo. Era hija de Zeus y consideraba que él era su único progenitor. La diosa “nació” como una mujer adulta dela cabeza de Zeus y se convertiría en su hija preferida y en la única divinidad olímpica a quien el dios confió sus símbolos de poder.
La sabiduría de Atenea era pragmática. Era la protectora de las ciudades patrona de los ejércitos, los tejedores, los orfebres, los alfareros y los sastres. Las habilidades marciales y domésticas que se asocian con Atenea requieren planificación y ejecución; son actividades que requieren un pensamiento y una acción encaminados hacia un objetivo determinado. Atenea es el arquetipo dominante en las mujeres de pensamiento lógico que siguen los dictados de su cabeza y desoyen los de su corazón. Predispone a la mujer a pensar con claridad, mantener la cabeza fría en el calor de una situación emotiva y adoptar una posición táctica en medio de un conflicto.
La ciudad más culta de Grecia, cuna de la civilización occidental, estuvo dedicada a la diosa y lleva su nombre. Los atenienses como la diosa sabían pelear, pero también eran capaces de pensar y de crear. Atenea, como los mismos atenienses a los que representó, fue una Diosa práctica, protectora, consejera y guía. Y…otorgó a su ciudad la belleza y la alegría de la música, pues ella inventó la flauta.
De los tres templos consagrados a la diosa en la Acrópolis de Atenas, el más bello era el Partenón, que guardaba la Atenea Parthanos (virgen), magnífica escultura de Fidias del siglo V a.c realizada en oro y marfil.
En la Atenea Lemnia, Fidias representó a la diosa sin armas, con expresión suave y modesta, propia de una divinidad que preside la alegre calma de la paz.
En la enorme Atenea Promacos (la que combate en primera línea), Fidias resaltóo su alma guerrera. Es una diosa cambiante, dual como el ser humano, pero a su vez es el prototipo de la intelectual, en ella domina la tentación de saber.
Hestia o Vesta
Representa el arquetipo de la sibila o la sacerdotisa. Su elemento es el fuego sagrado.
Toda su vida estuvo consagrad a la castidad, ella hizo voto de mantenerse pura y solitaria. Los hombres no la desean, la venera y le ofrecen sacrificios.
Hestia es la mayor de las hijas de Cronos (Saturno) y Rea (Cibeles). Es impenetrable y misteriosa. Muchos dioses la desearon, pero ninguno logró quebrantar su deseo de mantenerse pura. Ama la soledad y la meditación. Huye del bullicio y las pasiones y continúa siendo virgen, inalcanzable en su mundo de soledades fecundas, casta diosa que vela como una madre por la armonía del hogar. Todas las ambiciones y las pasiones del mundo encuentran junto al fuego del hogar de Hestia, una protección y un consuelo.
Es por tanto una divinidad protectora de la familia y de la patria. Alimenta el fuego doméstico que proporciona calor y fortalece los vínculos familiares.
La palabra “Hestia” significa “hogar”. Surgió cuando las comunidades nómadas se hicieron sedentarias. El poeta Hesíodo es el primero en hablar de la diosa, que no se menciona en Homero. Hestia surge en el Panteón Olímpico convertida en hermana de Zeus, de Poseidón y de Hades, Hera y Deméter. Pero ninguno de sus hermanos logra seducirla o violarla. Su templo se convierte en el lugar donde todos los dioses tienen su sede. Es una diosa severa, inspira mucho respeto, por ello fue poco representada, sobre todo en Grecia, pues no exaltaba la imaginación de los artistas, estaba envuelta en un halo de misterio. Las imágenes de Hestia la muestran de pie, cubierta por una larga túnica y en actitud discreta y serena. Lleva un velo que le cae hasta los hombros. En las grandes festividades aparece sentada junto a los dioses del Olimpo.
Esta diosa, siguiendo la Ley de Polaridad se mostraba bajo distintas formas y advocaciones, como prudente y sabia consejera, como sibila o pitonisa que podía predecir el futuro y otras veces como hechicera. Ayudaba al héroe a resolver los enigmas de la vida y descifrar el misterio de la existencia.
Esta diosa guía, consejera o hechicera ya no es joven y puede dar sabios consejos porque ha adquirido el conocimiento y la experiencia de lo vivido, está en el umbral de la madurez. Para llegar a esta etapa de la vida, la mujer ha tenido que pagar un alto precio, el de su juventud y a menudo el sometimiento, pero si ha trabajado gana libertad y a veces la verdadera libertad, la interior.
Los dioses no escapaban de la dualidad, por ello la energía de Hestia podía convertirse en Hécate, la diosa negra de la noche, que presidía la magia y los encantamientos. Según narran las leyendas, se aparecía a las hechiceras con una antorcha en cada mano. Hécate fue considerada portadora de la muerte. Las sacerdotisas convertidas en hechiceras se reunían en consejo, en las noches de plenilunio para tratar temas profundos sobre la vida y la muerte.
Hestia-Hécate, dos aspectos de la misma diosa pues la verdadera sabiduría estriba en conocer que la vida y la muerte transitan por el mismo sendero.
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