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Hortensia Contreras

Origen de los Huehuehtlatolli. 4a entrega.

Y siguiendo con los Testimonios de la Antigua Palabra, quisiera ahora compartir las: Palabras de Exhortación con que la madre así habla, instruye a su hija…


Ahora mi niñita, tortolita, mujercita, tienes vida, has nacido, has salido, has caído de mi seno, de mi pecho. Porque te ha forjado, porque te ha moldeado, te hizo, te forjó menudita tu padre, tu señor. Ojalá no andes sufriendo en la tierra. ¿Cómo vivirás al lado de la gente, junto a las personas? Porque en lugares peligrosos, en lugares espantosos, con gran dificultad se vive. Así hay aspereza en la tierra. Porque se acaban los rostros de la gente, los corazones de la gente y los hombros de las personas, las espaldas, los codos, las rodillas. Así, un poquito concede a las personas, las hace merecer su fama, su honra, su calor, su tibieza, su dulzura, su sabrosura, el Señor Nuestro.


Y, tú, no te abandones, no seas desperdiciada, no te quedes atrás, tú que eres mi collar, mi pluma de quetzal; no se dañe tu rostro, tu corazón, ni tu hombro, tu espalda, tu codo, tu rodilla, si te pones a barrer, a limpiar, a lavarle las manos, a lavarle la cara, la boca a los demás. Y también ponte junto al agua, el metate, y bien coge, toma el molcajete, el canasto; ante las personas, junto a ellas, acomódalos, sepáralos.


No vayas buscando discusión, no sin consideración la ofrezcas, sólo con calma, poco a poco expondrás (tus palabras), y no irás como tonta, no irás jadeando, no irás riéndote, no irás viendo delante de ti, ni de través, no irás siguiendo con la mirada a la gente, no mirarás de frente a las personas, sólo irás erguida de frente, sólo irás viendo de frente cuando te dirijas a las personas o salgas ante ellas o cuando las encuentres. Así allá tendrás fama, honra. Así nadie te apartará, así tampoco a nadie molestarás. Sólo así, en el medio, está lo que corresponde a la comunidad, la honra.


Y bien canta, bien habla, bien conversa, bien responde, bien ruega; la palabra no es algo que se compre. No como muda, tota te vuelvas, Y el huso, la tablilla para tejer, hazte cargo de ellos; la labor, lo que eleva, asciende como el olor, lo que es la nobleza, el merecimiento, los libros de pinturas, lo que es un modelo, el color rojo (el saber). Así bien, al lado y junto de la gente vivirás, así merecerás en alguna parte un poquito de bebida de maíz, una tortilla doblada, una verdurita, un nopalito; y en alguna parte algo de granito, maíz añublado, lo que de tu cadera, que de tu pecho colgará para que tome calor, para que tome tibieza tu cuerpo, para que de este modo agradezcas al Señor Nuestro, su misericordia con las gentes, su benevolencia con las personas.


Y no sientas como dulce, no sientas como sabrosos el sueño, el acostarse. Tampoco andes siguiendo así nada más el día, la noche; ello no es recto, bueno, hace adquirir a la gente, la hace querer, le enseña lo que es malo, lo hecho con pereza. Para que en alguna parte estés junto a las personas, al lado de ellas, es bueno, es conveniente que lo sepas, lo comprendas, lo lleves contigo, lleves a cuestas, lo que es bueno, lo que es recto. Lo que harás, lo que llevarás a acuestas es aquello que es posible hacer, lo que es llevadero, bien sea al lado del Señor Nuestro o lo que nosotros los hombres, los merecidos, necesitamos.


Y si eres llamada, no dos veces, no tres veces, no muchas veces te hablen, sólo una vez; luego te pondrás de pie con premura para que no provoques enojo, para que no seas atribulada por tu desobediencia. Si alguna cosa te es dicha, te es comunicada, te es ordenada, bien la escucharás, bien la pondrás en tu corazón para que no la olvides, y la realizarás bien, no le darás muchas vueltas, no la desdeñarás, no la rechazarás, no le harás desaire a la palabra. Porque si no puedes hacerlo, con tranquilidad, con calma, manifiéstalo; no ya así te burles, hagas mofa de la agente porque te ve el Señor Nuestro; sólo en verdad dirás eso por lo que no puedes hacerlo.


O si tú no fueras llamada, si a otra persona se le habla y no quiere con rapidez ponerse de pie, y si acaso no quiere escuchar, no quiere hacer lo que se le ha dicho, lo que se le ha ordenado, luego con prontitud te pondrás de pie, escucharás la palabra, harás aquello que debería de hacer la otra persona. Porque en verdad es mejor que así seas amada, si así haces esto.


E inclínate, baja la cabeza ante las personas, junto a la gente sé respetuosa, sé temerosa con ella. No ante la gente, sobre las personas andes. Con tranquilidad, con calma vive, ama a las personas, ruégales, sí benévola con ellas; da a las personas en algún lugar un poquito. No veas a la gente con desdén, no seas avara.


Y no te hagas amiga de los mentirosos, de los ladrones, de las malas mujeres, de los entrometidos, de los perezosos, para que no te riñan, para que no te hechicen, sólo dedícate dentro de asa a lo que vas a hacer.


Ya tomarás con presteza el huso, la tablilla para tejer y el agua, el metate y el molcajete, el canasto. Y cuando contraigas matrimonio con quien es águila, ocelote, no ante él, encima de él andes. Cuando algo te pregunte, te encomiende, luego bien lo obedecerás, oirás con alegría su palabra.


Si así haces esto, lo que te he dicho, con lo que te he orientado, así en verdad bien vivirás, con el favor de las gentes, al lado de las personas. Así cumplo contigo, yo anciano, yo anciana, yo que enseño, y que educo. Porque nada se volverá engaño alguna vez si tomas (esta palabra), si la escuchas, si la coges, si a tu pecho, si a tu seno la acercas. Será tu don, será tu merecimiento, aquello con lo que así vivirás; habrá venido el buen canto, la buena palabra, porque si no la tomas, ya sucedió, ocurrió la perversidad. Sólo vanamente perecerás en forma espantosa, sólo en vano verás lo que será escándalo de tu cabeza, muchachita, mi hijita, si no tomas, si no coges lo que es de la madre, lo que es del padre, (si) sólo a tu espalda, detrás de ti, lanzas, arrojas lo que te guía, lo que te conduce.



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