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Hortensia Contreras

Personajes del centro Histórico de la Ciudad de México

Guillermo Prieto (testigo de tres guerras en México y el poeta más popular del s. XIX).


(Resumen del retrato biográfico del poeta recuperado por Manuel Magaña Contreras).


Por muchos conceptos, Guillermo Prieto -“Fidel”--, es uno de los poetas mexicanos más notables del S. XIX. Huérfano de padre desde su niñez, y con el dolor debido a la pérdida de la razón de su madre,, fue testigo de tres guerra en México, la invasión norteamericana 1846-1848, la Guerra de Tres Años o de Reforma 1857-1860, y la invasión francesa 1862-1867, además de experimentar los horrores de la epidemia del “cólera morbus” cuando los capitalinos fueron diezmados por ese terrible mal.

De una conformación moral a toda prueba, Guillermo Prieto, el queridísimo D. Guillermo -1818-1897-, dio un gran ejemplo de honradez como funcionario público, puesto que, como secretario de Hacienda acompañó a D. Benito Juárez en su peregrinar por la República en los días aciagos de la Guerra de Reforma, cuando hubo necesidad de que él mismo remendara sus raídos pantalones y al dejar el cargo, tiempo después, terminara pobre.


Nació en una casona de la calle de Mesones, ubicada a poca distancia de la hoy calle de Bolívar. Pasó su infancia al lado de sus padres, en el Bosque de Chapultepec, donde su padre, José María Prieto Gamboa, administraba el molino y la panadería.


Fue al morir su padre en 1831, que su madre doña Josefa Pradillo Estañol perdió la razón, entonces empezaron sus desgracias que en buena parte contribuyó a aliviar D. Andrés Quintana Roo, quien se convirtió en su protector.


A “Fidel” le gustaba recordar con agrado su niñez en el Bosque de Chapultepec. En el inicio del primer tomo de su obra “Memoria de mis tiempos”, escribió: “He ahí el cuadro de las impresiones de mis primeros años al despertar a la vida en el “Molino del Rey”, mimado de mis padres, acariciado de mis primos y gozando mi alma con las agrestes lomas, los volcanes gigantes, la vista de los lagos apacibles y el bosque agreste de ahuehuetes, titanes de los siglos, que parecen hablar en la noche al reyo de la luna, de lo eterno y lo sublime de sus recuerdos”.

En varios textos de Historia Patria se narra que Prieto salvó la vida a Juárez en Guadalajara, cuando soldados del gobierno conservador del Gral. Miguel Miramón lo iban a fusilar: Con la frase: “Los valientes no asesinan” los desarmó.


En el Calendario Galván


Al quedar en el desamparo por la muerte de su padre y la locura de su madre, Prieto trabajó como empleado en una tienda de ropa, se dice que en el desaparecido Parián. Bajo la protección de Quintana Roo obtuvo una plaza en la aduana y quedó inscrito en el Colegio de San Juan de Letrán, para continuar sus estudios. En 1837 publicó sus primeras poesías en el “Calendario Galván” impreso por la librería Galván. Dio inicio a su carrera periodística como redactor en el Diario Oficial, durante la administración de Anastasio Bustamante y posteriormente ingresó en el Siglo XIX donde ejerció el oficio de crítico teatral, donde publicó sus famosos comentarios “San Lunes”. Colaboró en el Monitor Republicano y con Ignacio Ramírez, “El Nigromante”, fundó el periódico satírico D. Simplicio en 1845.


Incursionó en la política y fue diputado del Partido Liberal en varias ocasiones, incluyendo el constituyente de 1857. Fue senador, ministro de Hacienda con Mariano Arista y Juan Álvarez.


Su obra, “Memoria de mis Tiempos” está considerada como una gran aportación a la Historia de México, puesto que, junto con el ingeniero Antonio García Cubas -“El Libro de mis Recuerdos”, y José María Roa Bárcena -“Recuerdos de la Invasión Norteamericana 1846-1848, forma parte de la trilogía de escritores mexicanos que presenciaron los esfuerzos de nuestros antepasados de la capital mexicana que, sin armas ni ejército que los ayudara -porque el general presidente Santa Anna había huido--, se enfrentaron solos al invasor.


“Memorias de mis Tiempos” es una obra en que campea el costumbrismo del S. XIX. Narra con singular gracia personajes y sucesos de la época. La vida bohemia en los cafés de la Ciudad de México, dentro de lo cual figura también la experiencia que tuvo con Lucas Alamán, quien abrió las puertas de su casa a Prieto y su familia, cuando huía por la Calzada de San Cosme, rumbo a Tacuba, para escapar de los efectos de la ocupación de la capital mexicana por el ejército yanqui.


Una de las obras maestras de Guillermo Prieto son “La Musa Callejera” y el “Romancero Nacional”. Es conmovedor el relato que se refiere a “La Migajita”, donde rescata el folclore nacional y el nacionalismo literario, en esa época en que se producía un movimiento de exaltación nacional ante la serie de intervenciones extranjeras que sufrió nuestro país.


En 1890, dos años después de la muerte de Guillermo Prieto, el periódico La República inició un concurso para determinar quién era el poeta más popular en México y la votación favoreció claramente a “Fidel”.


El poeta y político tenía gran ascendencia entre sus lectores y los mexicanos en general, por lo gracioso de sus aportaciones literarias en “San Lunes” en donde, con gran amenidad, narraba los acontecimientos políticos, sociales y religiosos de mayor importancia entre la opinión pública.


La principal característica de D. Guillermo es la amenidad, lo que le valió penetrar en el ánimo de sus lectores, hasta convertirlo en uno de sus favoritos “Fidel”, testigo de tres guerras en México, contribuyó también a los logros académicos obtenidos en la Academia de Letrán, uno de los principales cenáculos literarios de fines del Siglo XIX y principios del XX, cuando las ideas avivaron cambios fundamentales en México.





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