Este primer encuentro entre dos de los personajes indispensables para la Historia de México, sucedió el día del Señor 8 de noviembre del año 1519. El aventurero extremeño y el supremo señor de la Gran Tenochtitlán se encontraron en el sitio que hoy correspondería a la esquina que hacen las calles de República del Salvador y la avenida Pino Suárez de acuerdo a la actual nomenclatura de las calles del moderno centro histórico de la ciudad capital mexicana.
El encuentro marca el inicio de un evento de carácter homérico en la historia moderna universal.
También marcaría el principio de una caída terrible para los habitantes de la América que iniciarían su viaje a la muerte del quinto sol.
Y en esa esquina se encuentra actualmente el Templo de Jesús Nazareno (1587) y que forma parte del Hospital de Jesús fundado por el propio Hernán Cortés. Y ahora, en uno de los muros de este histórico Hospital, en el interior de una urna sencilla y carente de adorno alguno, fueron encontrados los restos mortales del conquistador Hernán Cortés el día 25 de noviembre de 1946.
Y una vez que el descubrimiento fue atestiguado y confirmado por un reconocido de historiadores y arqueólogos, el 9 de julio de 1947, los restos fueron depositados en uno de los muros del templo de Jesús Nazareno, lugar donde se encuentran hasta el día de hoy y que es señalado por una simple placa conmemorativa que instalaron las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia con el fin de señalar el sitio exacto donde reposan los restos del conquistador. Y es al exterior , sobre el muro que da a la calle de Pino Suárez, se encuentra una gran placa de cantera que señala el sitio exacto donde dicen las crónicas que se encontraron por primera vez Cortés y Moctezuma. Recomiendo de corazón que nos demos una vuelta por el lugar y dejemos volar la imaginación para visualizar cómo fue ese encuentro, qué pasó en los corazones de los hombres que lo protagonizaron y atestiguaron. ¿Cómo habrá sido ese histórico encuentro?
Y después de jugar con las imágenes que nos sugiera el entorno, sería interesante entrar al templo y acercarnos al muro del lado de la epístola en el altar central, en cuyo muro se encuentra la urna con los restos de Cortés, aunque sólo será para presentarle nuestros respetos y el reconocimiento de su valía como representante de su tiempo y civilización.
Comments